sábado, 27 de septiembre de 2014

Evaluación inicial

Cuando hubo que planificar una composición como prueba inicial, pensé en dibujar cerezos, y así hacer una composición con una gama de colores suaves a excepción de tres.  

He empleado tonalidades claras (rosa, verde y celeste) para crear un ambiente de calma, cercanía, y un sentimiento de paz; en menor proporción, marrón y negro, confiriéndole a la obra seguridad, fortaleza.
En cuanto a la disposición, el cerezo principal se sitúa a la izquierda y al fondo, en contraste con la copa del cerezo del primer plano, desde donde se ve el paisaje. El primero está colocado ahí para que el peso de la obra se equilibre, quedando a la derecha (lugar donde "descansa" la vista) la ligereza de unas flores y la delicadeza envolvente del color rosa. La mujer con kimono está entre ambos lados como un elemento a destacar, dado que viste con colores distintos al del resto de la composición, y su pelo podría decirse que es el centro de atención, pues tiene el color más llamativo de los utilizados en este dibujo.

Mi intención ha sido representar la armonía entre lo fuerte (tronco del cerezo) y lo bello (sus flores), la sabiduría (relacionada con la vejez de los árboles) y la inocencia (unida especialmente a la mujer, como eterna niña), lo imaginario (referido al deseo imposible) y lo real (la hermosura de la lluvia de pétalos); el miedo (las ramas) y la tranquilidad (la copa). En mi opinión, aquí he trazado lo que conforma al ser humano.




Espero que os guste. 
Elisa.

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